Mientras buscan un cuerpo que deben ocultar de inmediato, Manu y Emily, dos estafadores de barrio, tendrán que deshacerse de un niño si quieren terminar con su primera entrega como sicarios.
Emily y Manu, dos secuaces, se dirigen a un desguace con un mono blanco y una pala. Allí, tendrán que enterrar a la segunda víctima del plan si quieren mantener su puesto de trabajo.
Emily y Manu, dos estafadores, están haciendo albóndigas para llevárselas a los niños de un orfanato, hasta que un contratiempo interrumpe el toque especial de su receta.
Manu blanquea capital a través de la venta ilegal de fármacos. Su timo ha salido a la luz y hacienda los investiga. Esto, llega a los oídos de la mafia y padre de Emily, Gerardo, quien al verse con el agua al cuello decide huir para evitar la cárcel. Así es como todo el peso recae en Emily. Ahora, tendrá que asociarse con un psicópata sin escrúpulos para recuperar el negocio familiar.
