Solo en un día, Gabriel deja su huella en los hijos de Jimena y, a su vez, ellos dejan su propia huella en un grupo de ejecutivos.
La carrera por la presidencia de la compañía se acelera. Gabriel usa varios ases que trae bajo la manga, y Jimena logra defender su propia causa.
Jimena da un like sin darse cuenta... y cambia totalmente el rumbo de su noche, en la que termina encontrándose, también por accidente, justo con la persona indicada.
Justo cuando Jimena planea dar el siguiente paso, alguien de su pasado llega para agitar las cosas, lo que provoca sonrisas — y caras largas — en toda la casa.
Jimena y sus cómplices deciden buscar información con ayuda de algunos trucos, pero tanta magia le pone las cosas difíciles a Gabriel...
Un día en el club abre las puertas para que los niños persigan sus verdaderos intereses... y le deja ver a Jimena todo lo que ya no quiere.
Ernesto y Sofía arman un plan para unir a una pareja mientras Jimena procura separar a otra. Las intenciones de Rogelio quedan claras.
La historia sobre los pagos de los ranchos se vuelve más sospechosa. Decididos a impedir una «catástrofe», los niños suben el nivel de sus travesuras.
Gabriel va con Leo al paseo a la Expo Ganadera, donde se da cuenta de que su verdadera identidad podría quedar al descubierto, así como, para angustia de Jimena, su nuevo romance.
Jimena se dirige a Tepatitlán para reunir más información, pero, cuando todo parece que va a ir mejor, sus esperanzas de conseguir lo que quiere se frustran... una vez más.
