Alicia y Andrés se encuentran en peligro, ambos tienen enemigos por diferentes frentes. Mientras Garrido tiene retenida a Doña Alicia a punta de pistola, Andrés se encuentra en la misma habitación con el hombre que intentó matarle. Clientes y miembros del servicio se divierten con juegos de máscaras y disfraces, pero también hay quién aprovechará ese momento en que no están claras las identidades y cualquiera puede esconderse tras una máscara para llevar adelante sus planes. Es el momento que ha elegido Garrido, ahora que sabe que Alicia engaña a Diego con Julio, para hacer valer su chantaje contra la pareja: Alicia debe robar la caja fuerte de Diego y entregarle el botín a Garrido. Un plan que se complicará con la intervención de Diego, que sigue de forma obsesiva a su mujer, e Isabel, una doncella que se ha enamorado de Julio y que hará lo que sea para conseguirlo. Y no será lo único. Julio y Alicia han descubierto el rostro del hombre que intentó matar a Andrés y saben que ese misterioso personaje conocía a don Carlos. Julio y Alicia, con la ayuda de Ayala, siguen esa pista… pero solo consiguen alertar a ese peligroso hombre que, al amparo del baile de máscaras, acudirá al hotel para acabar su trabajo y destruir las pistas que puedan señalarlo. Durante la fiesta al hotel llega Beatriz, una baronesa, antigua prometida de Alfredo y que aún está enamorada de él. Beatriz intenta aprovechar la crisis por la que pasa el matrimonio del marqués con Sofía para recuperarlo. Pero Sofía, con la ayuda de su madre y de su hermano, no le pondrá las cosas fáciles a la baronesa.