Tras recibir el encargo de entregar a Su Majestad la carta en la que Doña Blanca denuncia los abusos de Falcón, Mondego se ofrece voluntario para viajar a Madrid con la excusa de vender a un tratante de joyas unas esmeraldas incautadas a un barco inglés. Estrechamente vigilado por Fosco, el noble tratará de cumplir con su verdadero cometido y hacer llegar la misiva al rey. En el camino, Mondego y Fosco deberán esquivar las patrullas destinadas por el intendente en la zona, así como a un misterioso asesino que les sigue los pasos. Por otro lado, Bocanegra continúa intentando desenmascarar a los traidores que han conseguido reunir dos de las terceras partes del mapa, ahora en su poder. En la Fortaleza, Falcón saborea su victoria sobre los piratas: es el momento de reafirmar su posición ante el rey y disipar todas las dudas que penden sobre él desde la extraña muerte del marido de Doña Blanca.