Una vez, este enigmático bosque abarcó miles de kilómetros a lo largo de la costa. Ahora solo queda un siete por ciento. Aún así, sigue siendo el hogar de muchos animales fascinantes. Los monos araña lanudos, o muriquís, son los monos más grandes de Sudamérica. Son animales poco comunes y muy sociales que se saludan con abrazos ¿cuanto más cercana es la amistad, más intenso es el abrazo.
Los pastos que cubren la región central de Brasil son el hábitat menos conocido del país, un entorno que depende de las impresionantes tormentas de verano y del fuego para conservar su carácter. El lobo de crin es un depredador extraño de patas largas, que durante la mitad del año se alimenta de frutas, y en otras épocas caza insectos y roedores.
Todos los años el Pantanal se transforma de pantano en pradera y vuelta a empezar con la llegada de la temporada de lluvias, en uno de los cambios más radicales de todos los hábitats de la Tierra. El jaguar y la nutria gigante tienen todas las de ganar cuando el Pantanal se vuelve seco y polvoriento. Pero durante la época de la inundación anual, cuando la región se transforma en un inmenso pantano, son los miles de peces y caimanes los que están en su elemento.
La costa de Brasil tiene siete mil quinientos kilómetros, desde las aguas templadas del sur hasta la desembocadura del Amazonas, el Ecuador y más al norte, además de gran cantidad de islas perdidas cerca de la costa. Sin duda, la más formidable de todas es isla Quemada Grande, también conocida como isla de las cobras. Una especie de víbora, - la serpiente más venenosa del planeta - puebla la isla, y llega a haber hasta cinco por metro cuadrado.
La selva más grande del mundo sigue guardando muchos secretos. El águila arpía, capaz de cazar y matar monos, es el ave rapaz más grande del mundo. Pero los animales más importantes de la selva son las hormigas cortadoras de hojas, que sacan partido al follaje de la selva porque han dado con un modo de eliminar los venenos que protegen las hojas.