Los reporteros del programa investigan en puntos estratégicos de la geografía. A 100 metros de la Gran Vía de Madrid, un asesinato cambiará para siempre el destino del barrio de Malasaña. Los prostíbulos de la zona se convierten en bares y tiendas vanguardistas. Y los narcotraficantes dejan paso a nuevos vecinos con rentas superiores a 37.000 euros. La revalorización del vecindario provoca un aumento en el precio de los alquileres: más de un 20% en sólo dos años. Por 600 euros se están ofreciendo semisótanos de apenas 40 metros, o más de 1.000 por 50 metros cuadrados. La subida de las rentas expulsa a los vecinos que no pueden pagar y los barrios se llenan de inquilinos con mayor poder adquisitivo. Los únicos que pueden competir con turistas dispuestos a pagar más de 100 euros la noche por un piso de una sola cama en Lavapiés.