Ana, en Japón, ultima la exposición de Bassil, un pseudónimo bajo el que se esconde un famoso artista conceptual. Además de su ayudante, Ana es su pareja y vela por preservar su identidad ante todo el mundo, ¿pero dónde ha quedado la identidad de la propia Ana durante los últimos años? Un médico ha confirmado su peor temor: está empezando a desaparecer y, si no quiere hacerlo del todo, deberá cambiar su vida a tantos niveles como pueda: sentimental, laboral, familiar, social… Ana, angustiada, tendrá que tomar las riendas antes de que sea demasiado tarde, empezando por su relación con Bassil y con un hermano al que hace años que no ve.
Ana intenta usar sus contactos en el mundo del arte para encontrar un estudio donde empezar a desarrollarse como artista, desgraciadamente la búsqueda no resulta tan sencilla como había previsto.
Ana, atormentada por su secreto, intenta por todos los medios evitar que salga a la luz; algo complicado al coincidir con una de las semanas más estresantes en la oficina de la diputación regional.
Ana tiene que salir de la ciudad para arreglar un problema burocrático relacionado con su difunto padre, un famoso pintor cuya leyenda supera su propia obra.
Ana busca una galería para realizar su primera expo gracias a la ayuda de Tomás, al que se le presenta una oportunidad laboral que puede multiplicar su fama.
Un actor aparece. Avanza hasta el centro del escenario… y se detiene. El público le mira, espera, observa.
Ana acude a una subasta de arte para pujar por una pieza de gran valor. Ana se encuentra con una antigua compañera de trabajo a la que intenta ocultar sus últimos fracasos.
Ana está metida en un buen lío. Un lío del que parece que no podrá salir. Lo ha intentando todo y no le ha salido nada. Resignada, aguarda su incierto.
