Rogelio se refugia en la iglesia del barrio El Milagro, luego de robar a su secuaz El Jetas. Allí es confundido con el nuevo seminarista. Rogelio, atrapado en la farsa y perseguido por su enemigo, conoce a todos los pintorescos y entrañables vecinos del barrio, incluyendo a la hermosa María Marta.