Me llamo Gabriela, tengo cuarenta y muchos y soy colombiana. Voy a contarte cómo, cuando necesité ayuda mientras mi marido me abofeteaba, lo único que escuché fueron las pisadas de zapatos caros esquivándome. Voy a contarte cómo entraron en mi casa y me amenazaron para conseguir el número de la caja fuerte. Voy a contarte cómo me enamoré de mi maltratador. Voy a contarte cómo mi vida se convirtió en una auténtica jaula de oro.