Octavio está muy agradecido con César y le ofrece quedarse en la hacienda de los Oramas para recuperarse de las heridas provocadas por el incendio. Es una oportunidad perfecta para que Amanda y él se acerquen cada vez más. César sabe que viviendo allí podrá encontrar pruebas que demuestren la culpabilidad del patriarca en la desaparición de su padre. Tras salvar su vida y la de su hija, Octavio ahora considera al mexicano casi como un hijo y le ofrece formar parte de sus negocios. Amanda quiere independizarse de los negocios de su padre y apuesta por crear su propia firma de joyas, pero solo César le anima a creer en su sueño. La policía investiga el incendio de la casa de César y Álvaro se apresura para eliminar todas las pistas que puedan inculparle, pero Patricia le acaba descubriendo y no dudará en chantajearle.