Finalizada la guerra civil española, estalla la segunda guerra mundial y Franco teme que España sea invadida desde el sur, a través del peñón de Gibraltar por tropas británicas, o desde el norte, a través de los Pirineos, por los aliados que luchan contra el fascismo durante la segunda guerra mundial. Y para evitarlo hace construir una serie de fortificaciones y emplazamientos militares que aseguren la defensa del país y, a la vez, ofrezcan una imagen de poderío militar.