Carolina, con el corazón en la mano, le suplica a Óscar una oportunidad para demostrarle que su amor es único y verdadero. Sin embargo, él solo anhela que ella logre probar su inocencia para poder reunirse con su hijo Andrés. Antes de despedirse, Carolina, con lágrimas, le pide a Óscar un último abrazo. La hermana Celeste abre su corazón ante Óscar y, con humildad, le pide perdón por haberlo juzgado sin conocerlo. Carlos irrumpe en el convento decidido a llevarse a Andrés, pero Carolina lo enfrenta asegurándole que el niño no está allí. Desesperado, él insiste en entrar y la empuja sin piedad. La madre Gustava presencia la agresión y, con firmeza, lo expulsa del convento, dejando claro que no permitirá más abusos. Erika llega al rancho de Óscar decidida a llevarse a Moisés, ahora que consiguió trabajo en el pueblo La Palma. Sin embargo, al escuchar la noticia, el menor se niega a abandonar la casa de su padrino. Con ingenio, Moisés idea un plan que podría cambiarlo todo.
Carolina, heartbroken, begs Óscar for a chance to show her that his love is unique and true. However, he only wants her to prove her innocence so he can be reunited with his son Andrés. Before saying goodbye, Carolina, in tears, asks Óscar for one last hug. Sister Celeste opens her heart to Óscar and humbly apologizes for judging him without knowing him. Carlos bursts into the convent determined to take Andrés, but Carolina confronts him, assuring him that the boy is not there. Desperate, he insists on entering and pushes her mercilessly. Mother Gustava witnesses the attack and firmly expels him from the convent, making it clear that she will no longer tolerate abuse. Erika arrives at Óscar's farm determined to take Moisés, now that she has found a job in the city of La Palma. However, upon hearing the news, the boy refuses to leave his godfather's house. Ingeniously, Moisés devises a plan that could change everything.
Carolina, com o coração na mão, implora a Óscar uma chance de lhe mostrar que seu amor é único e verdadeiro. No entanto, ele só quer que ela prove sua inocência para poder se reunir com seu filho Andrés. Antes de se despedir, Carolina, em lágrimas, pede a Óscar um último abraço. Irmã Celeste abre seu coração para Óscar e humildemente se desculpa por julgá-lo sem o conhecer. Carlos irrompe no convento determinado a levar Andrés, mas Carolina o confronta, assegurando-lhe que o menino não está lá. Desesperado, ele insiste em entrar e a empurra impiedosamente. Madre Gustava testemunha o ataque e o expulsa firmemente do convento, deixando claro que não tolerará mais abusos. Erika chega à fazenda de Óscar determinada a levar Moisés, agora que encontrou um emprego na cidade de La Palma. No entanto, ao saber da notícia, o menino se recusa a sair da casa do padrinho. Com engenhosidade, Moisés elabora um plano que pode mudar tudo.