Beatriz no consigue liberarse del cepo y el dolor es insoportable. Pide ayuda, pero nadie acude. Ajenos a la tragedia de Beatriz, en los Manantiales se preparan para recibir la visita del distribuidor. La noche empieza a caer y se oyen lobos. Beatriz está sola, muerta de miedo y de dolor. A punto de perder el conocimiento, un desconocido ayuda a Beatriz y le promete sacarla del apuro. Cuando Matías regresa a casa y ve que la chica no está, sale corriendo en su busca. Para entonces, el desconocido ya ha dejado a Beatriz en el dispensario de Lucas. En los Manantiales están en ascuas por no saber de Beatriz, cuando suena el teléfono se llevan un chasco, no es ella, es el distribuidor que se disculpa por haber acudido a la cita, le ha retenido un percance. De pronto, Matías regresa con mala cara. Raimundo comunica a Francisca que organizará una reunión entre los vecinos para dirimir qué tipo de ayuntamiento se formará. A su paso por el pueblo, también encuentra el momento de maldecir la suerte de Severo y Candela, pero no será la única que tenga malas palabras contra los Santacruz, también Carmelo discute con Sol. A Alfonso no le parece prudente que Rosario vaya a Madrid, por otro lado, está amoscado por tanto tiempo que pasa su mujer por ahí sola. Emilia confiesa que siente profunda nostalgia por María, y él propone ir a visitarla.