Tiene lugar el emotivo reencuentro entre Alfonso y María donde le pone al día de los motivos por los que se han llevado presa a su madre, Emilia. Ismael ha dado orden de que se retire todo el material enviado a Zaragoza y Beatriz está destrozada porque se echa la culpa de lo sucedido. Al analizar los productos enviados se corrobora que están mal ejecutados desde origen, algo de lo que se había hecho cargo Beatriz en soledad. Severo nota que Carmelo está especialmente huraño pero no consigue que le cuente por qué, pues en vez de acompañarle a visitar a Candela, se va donde Adela y Ulpiano con unos regalos navideños. Francisca está inquieta porque no sabe si Raimundo sabe de su jugada con las armas, y aunque al principio cree que no sospecha luego él juega abiertamente con la idea de delatarle quedando muy preocupada. Camila confiesa a don Anselmo que su angustia se debe a que no sabe quién es el padre de la criatura que espera. Alfonso acude al bosque para pasar la noche con su hija, pero parece que alguien anda cerca y ha podido verles