La infancia de Pablo Escobar muestra su carácter rebelde y ambición desmedida. Su madre, doña Enelia, intenta inculcarle valores, pero él ya sueña con poder y dinero.
Pablo continúa sus primeros pasos en la delincuencia. Aprende que la violencia puede abrirle caminos en su barrio.
Tras ser capturado, Pablo logra escapar de prisión con ayuda de contactos. Este hecho fortalece su reputación entre criminales locales.
Escobar, astuto, decide entregarse bajo condiciones favorables. Empieza a construir su imagen de “bandido generoso”.
Pablo y Gonzalo inauguran la hacienda Nápoles como símbolo de riqueza y poder. Allí comienzan a estrechar lazos con otros narcos.
Escobar crea grupos armados para proteger sus intereses. Estos se convertirán en pieza clave de su imperio criminal.
Pablo empieza a relacionarse con políticos locales. Su ambición se extiende más allá del narcotráfico.
El capo busca entrar al Congreso para blindarse de la justicia. Comienza a tejer alianzas estratégicas en Bogotá.
Paty casi descubre la doble vida de Escobar. Pablo refuerza el control sobre su entorno para evitar filtraciones.
Su incursión política avanza con éxito. Pablo logra sumar apoyos gracias a su dinero e influencia.