Una semana después de la llegada de Aimé a la India, Rinku sigue sin dar señales de vida. Desanimado y enfermo, el médico se dispone a volver a España cuando Sira, su “lazarillo” en la India, recibe una llamada en la que le informa que han localizado a una prima de Rinku en una de las escuelas rurales que Intervida tiene en la India y que puede dar pistas sobre el paradero de la niña. Con la ayuda de Sira, Aimé emprende una búsqueda que le sumergirá en la parte más profunda y marginal de la sociedad hindú.
Finalmente, encuentra a Rinku en una zona de chabolas. Ella también acaba de perder a su madre, por lo que a partir de ahora, con apenas doce años, la niña tendrá que encargarse de sus hermanos y de su padre. A pesar del difícil porvenir que se le presenta a Rinku, será ésta quien anime a Aimé y quien, con su sencillez, le dará una lección sobre la vida trasladándole un mensaje lleno de esperanza para afrontar con ilusión el futuro, un sentimiento que el médico creía haber perdido para siempre.
Este capítulo también contará con el “cameo” de Sancho Gracia, que se interpretará a sí mismo en una trama de violencia callejera en la que su acompañante decide disparar a la persona que intentaba robarle el coche. Tras el traslado del herido a Urgencias del Central, el actor, que es reconocido por todos, decide hacer realidad el sueño del joven ladrón: que su madre conozca al auténtico Curro Jiménez.
Además, dos adolescentes sufren un accidente de moto mientras faltaban a clase. Uno de ellos ingresará con una hemorragia abdominal que revelará una grave lesión en el hígado, incubada tras varios años de consumo de alcohol. Con menos de veinte años, el órgano del joven es el de un alcohólico de cincuenta. La llegada del padre y su incapacidad para educar a su hijo, provocará un giró en la evolución del joven. Esta frustración salpicará también a Vilches, que observará cómo Alejandro evoluciona de su enferme
