Sevilla, 1922. La marquesa Elena de Valmonte pasa horas en los fogones junto al servicio volcando su energía en su gran pasión, cocinar, mientras se siente atrapada en un matrimonio infeliz con Adolfo, su autoritario marido. Una noche, tras ofrecer una de sus famosas cenas, Elena y Cecilia, su fiel doncella, se ven envueltas en un desafortunado incidente que cambiará sus vidas para siempre.
Elena acepta asociarse con Julio para gestionar el restaurante de La Favorita. Para atraer clientes, a Julio se le ocurre convencer a la carismática y millonaria Covadonga de Penalba para que celebre su cumpleaños en el restaurante. Además, la atracción entre Elena y Julio se va haciendo cada vez más evidente hasta que Lola aparece por el restaurante y Elena descubre que Julio está casado.
Elena le planta cara a Don Benito en relación con las deudas del restaurante, y el mafioso acuerda darle algo más de tiempo para pagar. Julio ha conseguido que una revista haga un reportaje sobre el restaurante para atraer a los clientes, pero Elena no quiere que le hagan fotos para no comprometer su verdadera identidad.
Tras la desaparición de Pelayo, Elena y Cecilia investigan los pasos dados por el matón y siguen su pista hasta unos billares de barrio, donde tendrán que ganarse la confianza de los hombres de mala vida para conseguir información. El reportaje de la revista no ha tenido la repercusión esperada, y Elena se siente cada vez más culpable de sus sentimientos hacia Julio tras conocer a Lola.
Covadonga llega al restaurante para ofrecer a Elena y Julio una oportunidad de trabajo: cocinar para la boda del hijo de una amiga suya, aunque se celebra fuera de Madrid y tendrán que ir de viaje juntos. Lourdes, con el estrés y la responsabilidad de llevar el restaurante sin Elena, sufre otro ataque, y se dispone a confesar a sus compañeras su enfermedad.
Los frentes abiertos se multiplican y Elena y Julio comienzan a tambalearse en su intento por mantener a flote el restaurante. La inesperada aparición de César, padre del difunto marido de Elena, añade aún más tensión. Para su sorpresa, el aristócrata no llega con ánimo de venganza, sino con la intención de esclarecer lo que realmente ocurrió con su hijo.
La policía irrumpe en la fabulosa fiesta de Félix Montenegro convencidos de que el restaurante esconde mercancía de contrabando. Así que ahora las favoritas tienen dos problemas. El primero es que se llevan a Elena detenida y podría ir a prisión. Y el segundo es casi peor... La mercancía de Don Benito no aparece por ninguna parte y eso al prestamista no le va a hacer ninguna gracia.
La Favorita cuelga por fin el cartel de completo, aunque no precisamente por su carta, ya que los nuevos clientes acuden atraídos por la fiesta que organizó Félix Montenegro, entre ellos Covadonga de Penalba, que vuelve con la idea de celebrar allí su cumpleaños con una fiesta de disfraces. La relación entre Elena y Félix va viento en popa y el actor se ofrece a encontrar los mejores disfraces.
Don Benito le pide a Elena que cierre el restaurante para celebrar una cena 'de negocios' y, aunque ella no quiere, accede sin sospechar lo que va a ocurrir. Mientras tanto, Manuel vive con gran entusiasmo el embarazo de Cecilia y se vuelca en su nuevo rol de padre y Julio decide acompañar a Lola en su gira por Latinoamérica para alejarse de Elena.
Tras recibir la carta de Julio, Elena comprende por fin la magnitud del peligro que representa su suegro. A partir de ese momento y sin que nadie sospeche, empezará a replantearse las cosas. Mientras tanto, las favoritas reciben en el restaurante a Jean Baptiste de la Fontaine, un prestigioso chef francés interesado en conocer su cocina e intercambiar conocimientos culinarios.
Mientras las fuertes lluvias impiden abrir el restaurante para los clientes, una tormenta aún mayor se desata sobre las favoritas. Ana no sabe cómo contarle a Cecilia su pequeña traición; Rosa no quiere despedirse de sus amigas ante su inminente boda; Lourdes sopesa una tentadora oferta de trabajo y Cecilia parece dispuesta a marcharse con César para darle una mejor vida a su bebé.
El restaurante se prepara para una de sus cenas más esperadas, así que Ana contrata a Martina, una nueva pinche de cocina que Lourdes no ve con buenos ojos y que traerá más sorpresas que alegrías. Por su parte, Manuel intenta que Cecilia le perdone; y Rosa y Fermín deben decirse adiós, aunque eso les parta el corazón. Mientras, Elena y Julio idean el plan perfecto para acabar con César, aunque eso suponga pedirle ayuda a un viejo amigo para tenderle una trampa.