Adriano contempla marcharse de La Promesa con sus hijos tras la partida de Catalina, generando alarma en toda la familia. El servicio se rebela contra el régimen de faltas impuesto por Cristóbal, al que Ricardo le ruega, sin éxito, que permita a Pía volver. Los planes de fuga de Curro y Ángela peligran tras el chantaje emocional de Leocadia. Por ello, el muchacho propone marcharse él lejos a cambio de que la señora de Figueroa acceda a que Ángela no se case con el capitán.