Arturo quiere evitar que Inés se entere de que el hijo de Elsa les ha pedido que la defiendan. Sabe que el impetuoso temperamento y el idealismo de la muchacha la llevarán a volcarse en un proceso cuya resolución en estos momentos no ve clara. Pero el azar juega en su contra. Inés recuerda una situación vivida con su padre cuando era niña, en la que éste le aleccionó sobre la importancia de decir siempre la verdad. Por su parte, Mauro, descubierto su intento de falsificar las notas, promete a su padre estudiar con más ahínco. Pero le oculta que ha sido expulsado de la escuela. Tampoco Roberta dice la verdad, ya que sigue demorando, con falsas excusas, la entrega de su carnet de identidad a la dueña del hostal donde se aloja. Por otra parte el equipo de fútbol que entrena Marcelino no quiere jugar el partido de ascenso porque las camisetas están viejas. En plena crisis, Marcelino conoce a la madre de su delantero centro.