odo el mundo quiere un premio. Aunque sea una palmadita en la espalda, un reconocimiento cutre en la oficina o una figurita que acumule polvo en una estantería de Ikea. Esta semana en Padre Carmen, Victoria y Carmen se preguntan qué valor real tienen los premios: ¿honores merecidos o simple teatro con lentejuelas? Pero como esto nunca es una conversación lineal, hacen parada en otros temas como los people pleasers, esas personas que viven para agradar a los demás, aunque eso implique anularse, sonreír cuando no apetece y aplaudir discursos absurdos. Un episodio que empieza en la alfombra roja y acaba en la consulta del terapeuta. O sea, lo normal en Padre Carmen.