Esta semana Victoria dedica el programa a la especie más sensible, intensa y a veces insoportable del planeta: los artistas. Esos seres mágicos que no pueden sentir nada sin convertirlo en una performance, una rima o una improvisación de danza contemporánea con cara de estar a punto de desfallecer. Entre homenajes a los grandes mitos griegos, ataques gratuitos a la danza moderna y una declaración de amor a su juanete llamado Ana Rosa, Victoria se sumerge en el drama eterno de la creación, el ego y las necesidades de atención mal gestionadas. Porque, como ella misma reconoce, lo que hay detrás de todo esto es pura envidia. Para seguir profundizando en la intensidad artística ha invitado a Aníbal Gómez, que viene a hablar de su don, de sus traumas y de sus artistas favoritos. Una entrevista entre delirante y reveladora, como no podría ser de otra forma con estas dos personas.