Hernando cree que Camila está alterada por su cruce de palabras con Emilia, no tiene idea de la verdadera causa que le atormenta: Néstor. Emilia se niega a seguir el juego a Garrigues, que la deja marchar. Cuando llega la Casa de Comidas, todavía afectada, se agarra a Alfonso necesitada de sosiego y amor. Pero Emilia necesita desahogarse y se dispone a contarle a Fe lo que le pasa con Cristóbal, llegando a la determinación de que lo único que puede hacer al respecto, es tratar de mantenerlo a raya. Primo de Rivera ha disuelto todos los ayuntamientos y Onésimo no ha sido el primero en enterarse: los Mirañar ya son cosa del pasado en la autoridad del Puente Viejo. Alfonso habla con Mauricio de su situación con Nicolás y, acalorado, llega a verbalizar una locura: ojalá muriera para que ellos pudieran tener a Juanita de nuevo. Severo y Candela son felices mientras trabajan cuando Carmelo trae un mensaje de Leoncio Marquina: necesita verlos antes de que sea demasiado tarde… Onésimo trae noticias de Elías y el destino de su cadáver: al parecer un familiar ha reclamado su cuerpo. Camila sigue alteradísima, en un brete, sin saber qué paso dar, cuando Hernando la encuentra, y en ese estado, da por hecho que está así por el final del químico. Camila recibe una visita de Néstor, que no duda en acercarse hasta la tienda para hablar con ella. Alguien aparece desde muy lejos buscando al Doctor Moliner, ¿qué ocurrirá?