En noviembre, Rumanía, país de la UE, invalidó el resultado de sus elecciones presidenciales tras la victoria en primera vuelta de Călin Georgescu, un candidato próximo a Vladimir Putin. El Tribunal Constitucional del país decidió declarar nulas las elecciones por injerencia extranjera, es decir, por injerencia de Rusia. Ordenó repetir las elecciones, que no se han celebrado todavía, y prohibió a Georgescu volver a presentarse. En esta historia nos saltan dos alarmas. Una: ¿Hasta qué punto Rusia es capaz de amenazar la estabilidad de las democracias europeas? Y segunda alarma: ¿anular unas elecciones no es una línea roja para esas mismas democracias europeas? Con Javier Biosca, jefe de Internacional de elDiario.es, conocemos qué ha pasado exactamente en Rumanía; y con Camil Ungureanu, profesor de Teoría Política en la Universidad Pompeu Fabra, y ciudadano de este país, analizamos las consecuencias políticas que puede tener para una democracia una decisión tan controvertida.