La evolución siempre ha estado determinada por la selección natural, pero en la actualidad, una fuerza aún más poderosa domina la escena evolutiva. La cultura se ha convertido en la nueva fuerza que está cambiando al hombre, al mundo en el que vive y a la vida misma de una manera vertiginosa. Es un impulso nuevo basado en la tecnología y la investigación que es capaz de anticipar el futuro y generar una nueva especie humana. Es el momento de descubrir los principales aspectos de este nuevo tipo de ser humano, el hombre 2.0, pero para ello tenemos que entender cómo hemos llegado hasta aquí, desvelando qué papel ha jugado el Homo sapiens en su propia evolución.
La evolución cultural se está apoderando de la evolución biológica. A día de hoy podemos cortar y pegar nuestro código genético para reparar nuestras partes defectuosas, mejorar nuestros genes y transmitirlos a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos. Esto permitirá decidir el color del pelo y los ojos de un hijo, y crear seres humanos más inteligentes y sanos que sean capaces de evitar cualquier riesgo de desarrollar ciertas enfermedades. Las implicaciones éticas que se abren ante este escenario son enormes, y el desafío vendrá cuando tengamos que discernir desde el punto de vista legal aquellas prácticas que podrían considerarse correctas y las que no.
En un futuro próximo, la evolución humana ya no estará ligada a factores biológicos sino a los tecnológicos. Los laboratorios ya están imprimiendo órganos 3D usando un gel biocompatible que elimina el riesgo de rechazo, y están construyendo miembros robóticos versátiles para superar las limitaciones del cuerpo humano. Ya se habla de chips de memoria, ojos de rayos X y piernas infatigables de titanio que eventualmente nos transformará en humanos biónicos. La nanotecnología y la robótica están trabajando en máquinas tan pequeñas que pueden ser incorporadas en nuestros componentes orgánicos, convirtiéndose en parte de nosotros y transformándonos gradualmente en una especie de híbridos o ciborgs. Las posibilidades que se abren parecen infinitas.
Ya tenemos pruebas de que el cerebro de los nativos digitales se desarrolla de forma diferente al de los nacidos unas décadas antes. Las horas que los jóvenes pasan frente a una pantalla de ordenador navegando por la red, jugando a videojuegos, y contactados entre sí a través de las redes sociales, son solo algunos de los estímulos que bombardean su mente a diario. Sus conexiones neuronales se están adaptando al mundo de la tecnología digital. Durante siglos el hombre ha trabajado en cambiar su hábitat y ahora es el hábitat el que cambia a los seres humanos. Hoy en día el hombre está dando sus primeros pasos hacia una nueva especie humana con capacidades superiores, el Homo sapiens digitalis.
Ningún ser humano nacido hace cien años sería apto para vivir en el espacio en el que nos movemos hoy. En este episodio examinaremos los desafíos que plantea la regulación, el control y la organización de un mundo cada vez menos material. Examinaremos la sociedad desde un punto de vista económico, veremos cómo han cambiado las relaciones interpersonales, y las brechas sociales que se han abierto en el ámbito de las nuevas tecnologías y nuevas formas de producción. ¿Qué medidas de igualdad adoptaremos para abordar este tema crucial para el futuro de la humanidad? Estamos ante un nuevo escenario que implica nuevas formas de política que deben buscar el equilibrio entre la libertad individual y el mal uso de la ciencia evolutiva del siglo XXI.
El hombre está liderando el más grande y audaz experimento que se ha hecho en nuestro planeta: su propia remodelación. Para ello ya cuenta con herramientas que exceden sus propias capacidades naturales, llevando los sentidos al límite. La realidad virtual ya ofrece la posibilidad de experimentar ambientes que no existen y los nativos digitales crecen en un mundo que ya está afectando el desarrollo de sus sentidos y la forma en que funciona su cerebro. ¿Qué es lo que nos hace todavía humanos en este entorno híbrido cada vez más manipulado por la tecnología? ¿Adquiriremos mayor libertad con estas herramientas? El futuro de la especie humana se enfrenta a un debate colosal.